El club de las suicidas

—Estoy recién comenzando a querer vivir—mencionó la pendeja al mirar su cigarrillo, mientras la ceniza caía en la baldosa del baño.

—Es un avance—respondió la suicida uno, quien entonces era una nueva paciente trasladada de otra institución por reiterados intentos de suicidio.

El humo de los cigarrillos consumidos se contemplaba casi tapando toda vista posible. Como la ventana del baño, de la cual se distinguía un radiante sol afuera, por fortuna. Aunque tampoco podía tener mucho beneficio para las pacientes que el sol vistiera de traje tan brillante, porque siempre se está igual aquí dentro, en el corazón. Siempre se está melancólico , se está con ganas de nada, con un quiero irme de aquí entre los labios, queriendo salir a gritos.

De todas formas, el día fue un poco diferente ya que el cigarrillo de las 10:50 tuvo la suerte de ser consumido en el pequeño patio que ofrece el hospital psiquiátrico de Concepción. Con su banca al sol y sus sillas bajo la sombra, grandes lujos, pensó la pendeja en un ademán sarcástico mientras sostenía el segundo mata pulmones del día. Sintió la frescura de la mañana y respiró aire puro, consciente de que aquel privilegio no lo tendría todos los días.

—¿Y ese milagro que nos dejaron fumar afuera?—preguntó una de las pacientes amigas.

—Aprovechen que esto no es de todos los días—respondió la pendeja. De seguro los paramédicos recibieron un gran golpe en la cabeza esta mañana, pensó mientras fumaba con desesperación.

Un grupo de alumnas de enfermería se acercó a las fumadoras con una sonrisa más forzada que los barrotes de la ventana de una joven virgen. Una de ellas las invitó a participar en las actividades que harían, lo que básicamente consistía en dibujar y pintar. Eso está bien para un niño o para retrasadas mentales, pero no para el club de las suicidas. Ninguna de las jóvenes pacientes se animó con la idea, además la pendeja no creyó que esas sonrisas fueran legales, o lo suficientemente creíbles para hacer un esfuerzo y participar en la actividad más creativa del universo. Sin embargo, unas ínfimas ganas se asomaban, ya que al fin y al cabo en un lugar como ese no hay mucho que hacer, y de todas formas dibujar es otro puente a lo imaginario, donde no se está encerrada, donde la pendeja no existe, sino que es la historia de alguien más. De seguro es la historia de un alma libre, que controla sus emociones de la forma correcta y logra así alcanzar la felicidad.

La pendeja fue en busca del libro que estaba leyendo de momento, porque sería grato leer al aire libre. Además, su mp3 tenía la batería suficiente para disfrutar del ambiente escuchando buena música. Buscó entre las canciones Where is my mind dado que el ritmo era perfecto para la lectura de ciencia ficción y se dispuso a escapar de su realidad, sumergiéndose en la historia del pistolero, finalizando el último capítulo y, a su vez, el a libro en cuestión.

La Suicida número uno, tenía este lugar por el mayor intento de pasar al patio de los callaos. Perdió a sus dos hijos tras una batalla con la droga y los trastornos que se asocian a un ambiente de aquellos. Los pequeños fueron enviados a una institución peor, como tantos niños que se escapan de una familia disfuncional para aparecer en un escenario igual o peor, pero sin la parte de familia. Según comenta la suicida uno, sus bendiciones se encuentran ahora en un lugar mejor que sus brazos mal heridos, en un hogar menos hacinado que los demás y con criaturas con edades que no sobrepasan los 10 años. Por lo que la intranquilidad de la joven madre no es descomunal, no obstante, ¿quién no querría la muerte tras perder a los únicos seres humanos que tienes como razón de existir? La situación es compleja para cada una de las pacientes, aunque tolerable para quienes no escuchan voces o sufren de alucinaciones de vez en vez.

La suicida número dos lleva precisamente dos intentos suicida. Se trata de nada más y nada menos que de la pendeja con su máxima autodestrucción, quién no perdió hijos porque carece de ellos, pero tiene dos hermanos menores que necesitan de la faceta maternal que ella les supo ofrecer. No tuvo un novio canalla que le cagó la vida, o que la agredió física y psicológicamente, pero sí le rompió el corazón en reiteradas ocasiones, jodiendo cada vez más su mente perturbada por la inestabilidad de sus emociones. La pendeja no era drogadicta, ya que no dependía tanto de las drogas como los adictos que algún día conoció, y aunque hubo consumo en más de una ocasión, no fue excesivo. Solo fue para escapar un poco de la mierda masiva que se acumula en la mente de los desdichados, de los que ya no saben cómo diablos estar bien. Por otro lado, la pendeja sí era un poco alcohólica, un poco harto si lo que quieren es honestidad. Ella misma se dio cuenta de esta situación cuando se vio ingiriendo destilados en compañía de nada más y nada menos que de la soledad. Embriagándose porque no existía otra opción en su cabeza, porque el dolor del alma amenazaba con todos los recursos de estabilidad que alguna vez tuvo, intentando ocultarlo con el ardor estomacal que percibe tras cada bocanada de alcohol, el cual se obligaba exhaustivamente a ingerir.

La suicida número tres queda para el final porque es la que menos dañada se ve. También llamada Evasiva porque normalmente evade todo tipo de responsabilidad: ¿se encuentra gorda? evade comida, ¿necesita un consuelo que no se permite solicitar? evade personas, ¿cree que el tratamiento es una porquería? evade fármacos y especialistas que no la hacen sentir especial. Se desconoce la cifra real de sus intentos suicidas, pero ocasiona un daño constante hacia ella misma, ¿acaso no es lo mismo?

La Evasiva es una de las más temerosas respecto a qué le espera allá afuera, suele querer irse todo el tiempo del lugar, ¿y quién no? Pero a la vez tiene miedo de no estar lo suficientemente lista para abandonar su zona de confort y, por supuesto, sobrevivir sin las personas que más la comprenden, sin el club de las suicidas.

23 comentarios en “El club de las suicidas

  1. Me gusta tu temática y tu forma de contarla.

    «Solo fue para escapar un poco de la mierda masiva que se acumula en la mente de los desdichados, de los que ya no saben cómo diablos estar bien». Esas líneas me llegaron mucho.

    Ya tienes un fan aquí…seguiré leyendo.

    Saludos desde esta dimensión.

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  2. Gracias por incorporarte a mi grupo de seguidores seguidos, me ha gustado tu relato y mostrarlo públicamente en tu blog ya es un paso importante hacia la búsqueda de la serenidad mental.
    En mi caso el blog y el ENCUENTRO #pdle de un lugar especial con energía positiva o buena vibra como dicen algunos que lo visitan del que estoy compartiendo experiencias en mi blog han actuado como tranquilizantes de inquietudes vitales y ENCUENTRO de mi interior espiritual donde sigo escarbando escribiendo y reflexionando conectado a la tierra en nuestro cargador emocional.
    Confío que tu búsqueda te lleve por los mejores derroteros y consigas el estado emocional que buscas.
    Abrazos desde el otro lado. #desgranante

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    1. Me hace ilusión que la gente no jodida pueda disfrutar un relato de este tipo, agradezco tu apreciación y buenos deseos. Es un camino largo que estoy recorriendo en dicha búsqueda, espero tus entradas me ayuden un poco al igual que a tus recurrentes lectores. Continúa siendo siempre de esa forma. Abrazos virtuales que quieren ser reales. -Dan

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      1. Me halaga que tu ilusión por mi disfrute del relato pero no creo que exista gente no jodida, creo que simplemente varía el nivel de la jodedera, Los caminos de búsqueda espiritual nunca son cortos pero están siempre a nuestro alcance y el ENCUENTRO es como la jodedera tiene diferentes niveles y siempre hay algún nivel a nuestro alcance igual que para recorrer una escalera hay que ir pisando escalones que forman parte de ella y el primero siempre está asequible.
        Sobre la lectura de tu relato, comentarte que mi curiosidad es enorme y no te puedes imaginar todo lo que leo en días de lectura, pero para tratar de cuidar al máximo mi actualidad mental mi objetividad general y generar reflexiones inspiradoras que a casi todos sirvan evito retroalimentarme con un solo tipo de lectura que solo conduce a la absoluta subjetividad.
        Tu relato como todo buen relato describe con veracidad un estado de ánimo que se refleja en la interpretación de unos hechos que al menos a mí me retrotraen a otras vivencias que pueden ser parecidas o paralelas pero que a pesar de encontrarme hoy lejos de lo contado en el no deja de transmitirme emociones.
        Encantado de compartir mi espacio virtual contigo y por estos mares nos encontraremos mientras seamos internautas blogueros con nuestras naves cargadas de mensajes a transmitir y tambien estaría encantado de compartir mi espacio físico consciente de las dificultades que provoca la distancia real.
        Abrazos desde el otro lado. #desgranante #pdle

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  3. Quede sorprendida, pero a la vez con más dudas.
    Tiened razón lo de los dibujos. Sucede porque no se le pregunta que es lo que quieren realizar…imponer algo es mejor en el sistema que vivimos.
    Gracias por compartir tu vida(una parte de ella)
    Cariños de la Tuki😊

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  4. Estoy impresionada y la verdad es que me afectó realmente tu relato, me identifico mucho. Cuando llega la depresión a mi vida ya no hay ganas de pintar, ni de leer, ni de salir, ni de cualquier otra cosa, por mucho que esté brillando el sol. Solo me quedan las ganas de desaparecer porque ya nada vale la pena y por la culpabilidad de que no debería sentirme mal cuando precisamente afuera está brillando el sol.
    Lo plasmante muy bien en tan pocas palabras.

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    1. Muchas gracias por compartir tu opinión, es algo que me solía ocurrir a menudo. Sin embargo, no debes sucumbir ante dichas emociones, debes entenderlas para luego controlarlas y sacarle provecho a ello. No hay mal que por bien no venga. Aprende a vivir con tus miedos y verás que el temor comienza a desaparecer.

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  5. No se cuánto de historia propia, y cuanto de invención tiene este relato, pero lo leí de cabo a rabo, con sus pequeñas ironías que desde la distancia te sacan una carcajada, pero de cerca deben ser tristísimo.

    Ya con el dibujo del comienzo entendí de qué iba el relato. Pues decirte que me impactó, me emocionó y me llegó, historia por historia, suicida 1 suicida 2 y pendeja.

    «Un grupo de alumnas de enfermería se acercó a las fumadoras con una sonrisa más forzada que los barrotes de la ventana de una joven virgen. Una de ellas las invitó a participar en las actividades que ellas harían, lo que básicamente consistía en dibujar y pintar, y está bien para un niño, o para retrasadas mentales, pero no para el club de los suicidas»

    Totalmente de acuerdo con esto, que evidencia la importancia de querer y demostrar fe verdad que queremos si realmente deseamos ayudar a alguien en circunstancias tan difíciles.

    Lo cierto es que ha sido un placer de lectura. Muchas gracias por compartir.

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    1. Te agradezco hacer llegar tu visión del relato, siempre es un placer el intercambio de opiniones. Con lo que aumenta la tasa de suicidio resulta preocupante que no se encuentre una verdadera ayuda a este tipo de pacientes más que fármacos, dibujar y pintar. Quise plasmarlo de forma irónico de vez en cuando pero el trasfondo se mantiene firme… es una realidad que vivimos y la salud mental no está teniendo la importancia que debería.

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